Informe Rojo
Por Mussio Cárdenas Arellano
* “Inflar a la desinflada”, le decía cuando quería ser gobernador * La vapuleó en las encuestas * Contratan acarreados “para que le aplaudan” * La responsabilizó de encubrir a Cisneros, Ramos Alor, Delia González * Y Nahle le tumbó la primera fórmula para el Senado * El PRIANRD tiene perdido el sur
Sólo quienes han pasado por el filo de Rocío Nahle saben que es letal. A Manuel Huerta lo vio engallarse, humillarla, ganarle la encuesta interna, denostarla, increparla, ridiculizarla. Y al final lo destrozó.
“Hasta a la policía la están utilizando para inflar a quien está todavía desinflada”, decía Huerta con sorna desmedida.
Y se pitorreaba del acarreo con seguidores y fans pagados “para que le aplaudan”.
Fue ella –recordaba el ex delegado de Bienestar– quien colocó a Eric Cisneros, Ramos Alor, Delia González Cobos, aludiendo los excesos de poder, la corrupción, el encubrimiento en el gobierno de Veracruz.
Y se mofaba del círculo de Rocío Nahle García, de Cuitláhuac García hacia abajo, del gobierno fallido que no dejó llegar –sentenciaba Huerta– la transformación obradorista.
Y exigía que los aspirantes a gobernar Veracruz renunciaran a sus cargos públicos, incluida la zacatecana que se aferraba al hueso de la Secretaría de Energía y al negocio de la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco.
A escobazos, puntualizaba Manuel Huerta, los orilló López Obrador a presentar sus renuncias a sus cargos, incluida, claro, Rocío Nahle.
A Zenyazen Escobar, ex secretario de Educación en Veracruz, lo llamaba palero por bajarse de la contienda interna y postrarse a los pies de la oriunda de Zacatecas.
Y ya en precampa Huerta dejó sola a Nahle, disfrutando de los dislates, de la ignorancia, de las malas cuentas –malas sumas– sobre cuántos municipios tiene Veracruz, y del día en que al alcalde de José Azueta lo rebautizó como José Azueta.
Pero cuando Norma Rocío blandió la espada, liberó la ira y asestó el golpe, la cabeza de Manuel Huerta Ladrón de Guevara rodó.
Ni el chamán charlatán que presidió el show de la liberación de los malos espíritus, la madrugada del 1 de marzo, sirvió para blindarlo de la revolcada que Nahle le terminaría acomodando.
Ese día amaneció candidato al Senado en primera fórmula y por la tarde ya lo habían degradado a la segunda fórmula.
Ni el mismo Manuel Huerta atinaba a explicar el golpe de timón. Anunció que horas después, a las 8, daría a conocer su postura por la primera fórmula perdida.
Y entonces la explicación fue que preguntaría al Instituto Nacional Electoral por qué lo había bajado.
El INE respondió. No fue el órgano electoral el que degradó al ex delegado federal de los programas sociales. Fue Morena, el partido de la putrefacción.
Nada duele más que un golpe interno. Que el PRI, PAN o PRD lo increpen, es normal. Que Miguel Ángel, el jefe del Clan de los Yunes azules, le diga que fue drogadicto y que legisló para legalizar el uso del fentanilo, es lo que se verá en esta campaña. Pero que Morena te mande a la posición perdedora, eso duele.
Hablaron todos. Y la que calló fue Rocío Nahle.
Esas venganzas le son propias. No se mueve, ni se inmuta, contiene la respiración, no pestañea. Y envía al infierno a sus enemigos.
Para cada uno hay historia. Pero la de Manuel Huerta se mueve en dos tiempos: el día en que el clan Nahle-Cisneros-Cuitláhuac urdieron la denuncia por violación y cuando Huerta se mofó de la zacatecana en la búsqueda de la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz.
La denuncia por violación nació en la Secretaría de Gobierno. Una mujer se prestó a su uso político. La confeccionó el Clan Nahle-Cisneros-Cuitláhuac. Llegó a la Fiscalía de Veracruz y su titular, Verónica Hernández Giadáns, le dio curso. Luego sería filtrada a la prensa y a grupos panistas, algunos vinculados a los Yunes azules.
La denuncia sacudió a Morena. Peor cuando fue el propio gobierno morenista el que la dimensionó. Lo grotesco fue ver a “Martha”, la víctima, disfrazada con peluca rubia y lentes negros ante los medios de comunicación, similar al “Tío Cosa” de los Adams. Y que el portal Al Calor Político, pastoreado a Eric Cisneros, atizara el fuego.
Tras la escaramuza, nada ocurrió. Fue fuego amigo. Y la exigencia de justicia nunca llegó. A “Martha” sólo la usaron.
El otro Waterloo de Manuel Huerta tiene origen en la contienda interna por la candidatura de Morena al gobierno de Veracruz. Ahí se mostró hiriente, soez, envalentonado, contundente, demoledor.
Hizo añicos a Rocío Nahle y aniquiló al séquito de la zacatecana. Algunas frases:
Los odian porque “se han pasado perjudicando a la gente, lastimándola, metiéndola a la cárcel, no reconociendo sus derechos, no sirviendo absolutamente para nada”.
“Ahora ya todos se dan ganadores en las encuestas. La verdad son encuestas patito, que mandan a hacer todos los días, que como la Chimoltrufia, unas dicen unos números, otras dicen otros, otras en las que ya de a tiro ni aparecemos”.
De Eleazar Guerrero, primo del gobernador y subsecretario de Ingresos en la Secretaría de Finanzas y Planeación, líder del grupo Unidos Todos, Huerta dijo:
“Yo nada más los veo, puro aplaudidor. Me da risa, porque los veo, a todos los pintan de blanco, los ponen de blanco, los llevan ahí junto con los chamacos de preparatoria. Y lo peor es que se la creen”.
De Zenyazen Escobar, dijo:
“El responsable de la Educación en Veracruz sirve de palero, se prestó para engañar a los veracruzanos, eso no es posible, ojalá que tenga valor y aguante su renuncia y no vaya a querer regresar a cobijarse de la burocracia y para seguir medrando del recurso del pueblo, ojalá aguante como debe ser y no regrese a la SEV, si aguantó el papel de palero, ahí que le siga siendo palero de los moralmente derrotados”.
Y vapuleó a Rocío Nahle:
“No es posible que se actúe de manera tan descarada utilizando un exceso de recursos en caravanas con vehículos de más de 2 millones de pesos y con personal de Gobierno, argumentando que la propia ley se los permite. Eso no es la 4T. Esas son prácticas del pasado, contra lo que tanto luchamos, que tanto criticamos. Lo peor de esto es que la gente lo ve y nos critica a todos por igual.
“Hasta a la policía la están utilizando para inflar a quien está todavía desinflada, a la que nunca se acerca al pueblo y por eso le cuesta tanto trabajo que tienen que llevarle acarreados a sus eventos y pagarles para que le aplaudan”.
Huerta ganó la encuesta para gobernador pero dejó pasar a la elegida de López Obrador. Fue una imposición. A cambio iría en la primera fórmula para el Senado. Aún perdiendo la elección, aseguraba el escaño en la Cámara Alta por ser primera minoría.
El 1 de marzo, iniciando campaña, Nahle lo reventó. Sin aviso, sin prevenirlo, Morena lo degradó a la segunda fórmula. Fue su partido; no fue decisión del INE. Fue a petición del partido obradorista.
La venganza de Nahle se había consumado. La única forma de llegar al Senado es que Morena gane la elección, el 2 de junio, y quien ocupa la segunda fórmula logre pasar.
Sólo quienes conocen el filo de la espada de Rocío Nahle saben que es letal.
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