El Baldón: Claudia no lo mató, fuiste tú
José Miguel Cobián
La indignación de México por el asesinato del alcalde de Uruapan es comprensible. Entiendo también el reclamo a la presidenta Claudia Sheimbaum por el hecho de haberlo abandonado a su suerte, a pesar de que una y mil veces, Carlos Manzo pidió apoyo a la federación para frenar el avance del crimen organizado. Comprendo también el ridículo que 14 miembros de las fuerzas armadas hicieron, al no estar capacitados para proteger al hoy finado. No dejo de notar que es estúpido hablar de que Calderón inició la guerra en Michoacán, cuando fue un distinguido miembro de morena, y miembro también del equipo de la presidenta quién en su momento, en su calidad de gobernador de Michoacán, pidió auxilio al entonces presidente Calderón para pacificar su estado. Es decir, la guerra contra el narco inició a petición de un alto personaje del gobierno actual.
Sin duda la presidenta y sus decisiones tienen mucho que ver en lo sucedido. Escucharla decir que si la policía municipal de Uruapan encuentra en flagrancia a delincuentes armados, no debe de dispararles sino detenerlos, para iniciar un proceso de investigación y llevarlos a la justicia, es algo que a cualquiera haría hervirle la sangre, porque explica la razón por la cual cada vez que un mexicano pide el auxilio de la fuerza pública, ésta llega una vez que los delitos ya fueron consumados, y no persiguen a los delincuentes ni evitan que sigan dañando a la sociedad, pues existe orden directa de no enfrentarlos. Así, si una familia mexicana es baleada, tendrá que defenderse con sus propios recursos, porque el gobierno federal ha decidido no actuar conforme a la ley para defender a los mexicanos de bien. Por eso también se explica que todas las vías de escape de los asaltantes en las carreteras de México no sean bloqueadas.
También explica la falta de aplicación de la ley en cuanto a los grandes crímenes del sexenio pasado. La negligencia médica del doctor Muerte durante la epidemia de Covid, la falta de medicamentos para pacientes en situación de muerte por falta de ellos, el no perseguir a las cabezas de las bandas hoy conocidas como la Barredora, o el conglomerado criminal dedicado al Huachicol Fiscal, mismo que sigue operando en el sexenio actual.
El que el gobierno federal y los gobiernos estatales actúen como grupos que solo defienden los intereses de sus propios cómplices o compinches, ya se ha normalizado en México. La presidenta no gobierna para todos los mexicanos, no es una estadista, gobierna únicamente para su facción, y su preocupación primordial, es la de cuidar su imagen, al costo que sea. Las preocupaciones secundarias son dos, conservar el poder y continuar el saqueo de la nación. Lo mismo aplica para los gobiernos estatales, de cualquier partido político. Por eso el gobierno federal no apoya ni atiende a estados y municipios con gobiernos de otro partido político, salvo cuando se someten los gobernadores y alcaldes a la línea marcada desde el palacio de virreinal. Y lo mismo aplica para los gobernadores.
Las faltas de sensibilidad, los excesos de soberbia que hemos visto en presidencia, y en los gobernadores en momento de tensión en sus estados, son prueba fehaciente de que su primer interés es su imagen y la imagen que de sí mismos tienen. El que la presidenta tardara 13 horas en pronunciarse sobre el crimen en Uruapan, muestra que ni ella ni sus asesores tenían idea de cómo enfrentarlo, a sabiendas de que la opinión pública se volcaría en contra de ella. Y el haberle dedicado más tiempo a reclamar la justa indignación de los mexicanos, tipificándola como actitud carroñera de la oposición, tampoco ayuda en nada a la imagen presidencial. El pecado de soberbia es evidente a los ojos de la nación y el mundo.
Habiendo explicado, comentado y admitido todo lo anterior, vuelvo al tema inicial. El verdadero responsable eres tú, y por ti, me refiero a cada uno de los mexicanos que habitan este país y son mayores de edad, yo incluido. Todos somos culpables, porque todos hemos permitido el deterioro de la vida pública y de la convivencia social en nuestro país. Muchos somos activistas en redes sociales, y de ahí no pasamos.
Me parece ridículo leer que un alcalde o un gobernador o la presidenta cometieron un error, son corruptos, solapan cualquier delito, etc., pero sólo en las redes sociales. El mexicano no hace nada más. A veces, unos cuantos salen a marchar. Sí, unos cuantos, en un país de 130 millones de habitantes, que un millón o menos se exprese en las calles, es un porcentaje no significativo de la población. Y lo peor, hoy veo cómo uno se vuelven defensores de lo indefendible, lacayos sumisos y vende patrias, mientras otros comienzan a compartir distractores como una parodia de la presidenta, o cualquier otra estupidez, para ayudar al sistema, en su calidad de tontos útiles, a que la población hable de la presunta homosexualidad de Noroña, claramente desarrollada por IA, o cualquier otro absurdo, en lugar de discutir los temas verdaderamente importantes.
Tú lo mataste, con tu apatía, con tu cobardía, con tu sumisión al poder, con tu desinterés por los asuntos de tu patria, con tu apoyo a quienes saquean el país, con tu aplauso a quienes son cómplices y apoyan a los criminales que tienen la bota puesta en la cara de México, con tu personalidad agachona y aguantadora de cualquier abuso, con tu ser comodino que espera que ¨otros¨ sean los que resuelvan los problemas de México. Escoge una o varias de las frases. Te aseguro que en alguna está descrita tu actitud perfectamente.
Hace 30 años, México no tenía la descomposición social que ahora tiene. Tú y yo y todos nosotros, hemos visto la decadencia del país, lenta pero inexorablemente y no nos hemos opuesto. Entiendo que te sientes hormiga ante los elefantes que controlan el destino del país. Pero recuerda que millones de hormigas pueden hacer huir a un elefante, cuando se unen por una causa común. Así que eso no es justificación.
México está podrido porque los mexicanos estamos podridos. Hasta que no decidamos salir de la putrefacción, seguiremos viviendo entre el pus, la sangre putrefacta, y los hedores de un régimen que nos resulta cómodo.
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

