Ser plagiaria y ser perversa, requisito para entrar al paraíso de Andrés Manuel
Ser plagiaria y ser perversa es el pasaporte para entrar al reino del Supremo Peje. Doña Ernestina Godoy es el más vivo ejemplo.
Desechada como fiscal de la Ciudad de México, se vio colmada por la gracia de Andrés Manuel y la solidaridad de su bastonera en campaña, Claudia Sheinbaum.
Una vez que la reventó la oposición en el Congreso de la CDMX, que se cayó por facciosa, malandra, servil a un obradorato que repudia el respeto a la ley, por usar la Fiscalía como arma de persecución, López Obrador la sacralizó hasta la ignominia.
“Fue una venganza de la oposición”, soltó el presidente Peje. Y sólo le faltó jalarse los pelos y tirarse al piso, en una rabieta épica, histriónica, enchilado porque le tumbaron a la jurista de saliva.
“Fue una venganza”, espetó la señora Sheinbaum, siguiendo el guión de su patrocinador y mentor.
Había que verlos con la espuma en la boca, destilando rabia porque a la susodicha no tuvo los votos suficientes para lograr su ratificación como fiscal de la capital del país.
El mesiánico, que arrancó el año más colérico de lo que tiene acostumbrados a sus fans, le ofrece a Ernestina Godoy cualquier cargo en su gobierno, “el que sea”.
Se les comprende. La democracia los madreó. De nada sirvieron las amenazas, incluso de muerte, contra diputados de oposición; el atentado a una legisladora priista, cuyo automóvil recibió varios impactos de bala; las múltiples denuncias y encarcelamientos por el caso del Cártel Inmobiliario, y diversas carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía contra los diputados del bloque opositor.
Qué importan unos cuantos pecadillos halládosle a la nunca bien ponderada Ernestina Godoy en ese pantano pestilente que es la Fiscalía de la capital.
Una minucia judicial el haber inventado un delito –”homicidio por omisión de ciudadanos”, que no existe en el Código Penal– para cuadrarle la aprehensión a Alejandra Cuevas Morán, hija de Laura Morán, la señora que fuera pareja de Federico Gertz Manero, ya fallecido, hermano del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero.
Los dineros hallados en una cuenta en un paraíso fiscal a nombre de Federico Gertz, desataron la embestida contra la familia de su hermano con el fin de obligarlos a entregar 8 millones de dólares. Y como no lo logró, la fiscal Godoy inventó que Federico murió por falta de atención médica, lo que no pudo probar.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó el amparo y determinó la liberación de Alejandra Cuevas.
Otra: la persecución al fiscal del estado de Morelos, Uriel Carmona, usando como carnada el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda, muerta tras una juerga en un antro de la Ciudad de México, seguida en el departamento de una pareja amiga, de la que salió sin vida para luego ser arrojada a pie de carretera en territorio morelense.
El caso lo usó la bastonera Sheinbaum para hacerse pasar por defensora de los derechos de la mujer, como no lo hizo con las miles de damas que demandaban puertas abiertas de Palacio Nacional. Y Ernestina Godoy fue su ariete.
El trasfondo es siniestro. Ernestina Godoy se lanzó contra Uriel Carmona por las investigaciones que el fiscal enfiló contra el gobernador Cuauhtémoc Blanco por vínculos con el narco, cuya evidencias y testimonios, incluso de los malandros involucrados, dejan en claro la alianza entre Morena y el crimen organizado.
Uriel Carmona terminó aprehendido, tras las rejas, liberado posteriormente gracias a amparos emitidos por jueces federales, reinstalado, desaforado y sólo porque el Congreso de Morelos se ha fajado los pantalones, no está en prisión. El narco manda. Y con Morena más.
Una más de Ernestina Godoy. Fiscales de la Ciudad de México involucrados en extorsión a empresas, perpetradas por agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, entonces a cargo de Omar García Harfuch, el favorito de Claudia Shein, al que no pudo imponer como candidato a jefe de Gobierno, pese a haber derrotado abrumadoramente en la encuesta de Morena a la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada.
Y la joya de la corona: 27 muertos en el accidente de la Línea 12 del Metro y las dos principales implicadas, Claudia Shein-baum y Florencia Serranía, impunes.
No las llamó a declarar. Desechó las evidencias que acreditaban falta de mantenimiento, dadas a conocer por vecinos de la zona, videos subidos a las redes sociales, y reportes del sindicato del Metro.
Horas antes del intento de ratificación como fiscal, el escritor Guillermo Sheridan reveló que Ernestina Godoy se graduó como abogada plagiando textos ajenos, principalmente del ex consejero del Instituto Federal Electoral, Mauricio Merino, que usó para sustentar su tesis.
Y el Peje López Obrador la colma de elogios. Y Claudia Shein llora la derrota. Y sentencian que van por los diputados que impidieron la ratificación.
Ser plagiaria y ser perversa es mérito para estar en el paraíso del Supremo López Obrador.