José Miguel Cobián
En México estamos acostumbrados a vivir bajo la sombra protectora de los Estados Unidos, razón por la cual, poca atención le prestamos a los asuntos internacionales, lo cual hace que en muchas ocasiones, los vaivenes de la geopolítica nos sorprendan sin estar preparados.
Volodimir Zelensky ha sido vendido en occidente cómo un personaje que se convirtió en el héroe de su patria, enfrentando con gallardía al oso ruso y salvando a su patria de la desaparición completa. Pronto tendremos una sorpresa. Zelensky dejará de ser el héroe y será presentado como un estorbo para la paz, incluso es posible que en las próximas elecciones sea sustituido por un candidato más afín a la paz.
Desde antes de la guerra, se sabía que Ucrania era territorio fértil para la corrupción, un lugar dónde los grandes capitales, los llamados oligarcas, competían para imponer al presidente en turno, y uno de ellos fue el que logró que Volodimir llegara a la presidencia.
Fue una grata sorpresa ver cómo el cómico y bailarín se convertía en un estadista que defendía su nación a sangre y fuego, pero hoy, dejó de ser útil a los intereses de las potencias, y en menos de un año, veremos a otro presidente en Ucrania.
Rusia fracasó en su intento de adueñarse de todo el territorio de Ucrania. Sin embargo se posicionó fortalecido en los territorios al oeste del río Dnipro, además de destruir buena parte de la infraestructura agrícola y de generación de electricidad de Ucrania.
Las pérdidas humanas para Rusia rondan -según fuentes occidentales- en 300,000 efectivos, lo cual ha obligado al Kremlin a realizar levas a lo largo de su territorio, y el éxodo de miles de jóvenes rusos edad militar, que no desean pelear por las ambiciones de Putin. Las pérdidas de material militar también han sido cuantiosas, pero Rusia tiene la ventaja de tener una industria militar floreciente, que le permite sustituirlas.
En cuanto a economía, las sanciones de Occidente a Rusia, no han funcionado. Los mismos países que en la asamblea de naciones unidas vociferan por la continuación del embargo, vía sus empresas privadas envían sus exportaciones a países como Tayikistán que a su vez reexporta a Rusia. Y las exportaciones rusas de petróleo no se han visto mermadas significativamente gracias a la creciente demanda de China.
Cualquiera pensaría que es momento para Rusia de negociar la paz, pero todo parece indicar que Putin quiere acercarse en tiempo a la elección estadounidense, lo cual implicará mayor presión para Biden y una posición de mayor fortaleza para Putin.
Del lado de los aliados de Ucrania se generaron dos bandos muy definidos a raíz del fracaso de la ofensiva de primavera, en la cual hubo avances muy pequeños con pérdidas y sacrificios enormes.
A dos kilómetros de la margen oriental del Dnipro, los rusos construyeron una línea de defensa que ha mostrado ser impenetrable para las fuerzas ucranianas.
Uno de los bandos en el cual están incluidos Estados Unidos y Alemania, desean que la guerra llegue a su fin a la brevedad, presionando a Zelensky de aceptar entregar los territorios ocupados a Rusia. En Estados Unidos la presión de los republicanos y buena parte de la opinión pública, insistiendo en que ya no se gaste dinero en esta guerra; y en Alemania el nulo crecimiento económico y la inflación provocada por los altos precios del petróleo y sobre todo el gas, aunado a la proximidad de un invierno mucho más severo que el del 2022-2023, presionan también hacia un alto al fuego, y reanudación de la actividad normal con Rusia.
El otro de los bandos insiste en que si no se frena con dureza el avance ruso, el riesgo para el resto de Europa se incrementa. Letonia, Estonia, Lituania, y sobre todo Polonia, quieren que se apoye a Ucrania con material bélico, sin considerar que la sangría poblacional en un país pequeño como Ucrania es proporcionalmente más grave que la sangría a un país como Rusia.
Todo parece indicar que ante la actitud intransigente de Zelensky de ceder el territorio ocupado a cambio de la paz, le ha generado un distanciamiento con Washington y con Berlin. Lo que lo convierte en presa fácil de las acusaciones de corrupción en su gobierno, sobre todo, el delicado tema de desvío y venta de armas de la OTAN a otros países.
No gana Rusia, no gana Ucrania, pero al final Ucrania cede territorio, como lo hizo con Crimea en 2014, queda con una economía devastada, un sistema agrícola destruido y un sistema eléctrico en ruinas. Todo parece indicar que este escenario será el fin de la guerra. Con un rescoldo de debilidad de occidente ante el eje Rusia-China, lo cual cambia la geopolítica de todo el planeta.
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