BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
AMÉRICO ZÚÑIGA – TODO EN CHAROLA DE PLATA.
Al junior ese, nada, en cuestiones de política, le ha costado todo se le ha dado en bandeja de plata, ha sido un real y auténtico vividor de la política.
Sí, gracias a su señor padre, el inverbe muchacho ya ha gozado, y muy bien, de las mieles del «pinche poder».
Ahora, colgado de las criadillas del peroteño, ambiciona llegar a San Lázaro para hacer lo que le gusta, vivir del presupuesto y así no existir en el error.
Américo es hábil, escurridizo y mentiroso.
Lo suyo es el protocolo y, para no empobrecer, le encanta mentir.
Ahora, ya encimado en el carro priista, se envalentona y sale en busca de un escaño federal, posición que ya una vez perdió y que de nueva cuenta habrá de morder el polvo.
Su caminar político es apadrinado por el peroteño, de allí que existe la quimera de que el ex alcalde xalapeño le habrá de acercar votos al candidato a gobernador, algo que no suena descabellado pero que sí resulta insuficiente debido al descrédito que tiene su partido y del cual el ex titular de Trabajo y Previsión Social ha contribuido y mucho. Américo inicia su caminar proselitista recordando glorias pasadas, resaltando lo que como alcalde medio hizo y, seguramente, esa será su cantaleta, no tendra otro tema, como de igual forma se habrá de colgar milagritos que no le pertenecen.
Fiel su estilo y su costumbre, sus recorridos estarán saturados de huecos abrazos, de sonrisas simuladas y de saludos fingidos.
Eso es lo suyo.
Reiteramos, al junior ése en su transitar político nada le ha costado, de allí que la derrota es lo que le espera
Sólo faltó que en tiempos pretéritos lo hubieran convertido en fedatario público, como sucedió con otros juniors y si quiere un ejemplo allí tiene al hijo de Enrique Levet Gorozpe, un dirigente, mas no líder, enquistado en las siglas sindicales universitarias.
Provechito.