BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
EL HIJO DE ATANASIO EN TOTAL DESAMPARO – FUE IGNORADO.
Sobra decir que el solterón anda nervioso.
Sus cercanos precisan qué los nervios no se los calma nada ni nadie.
Y ellos lo conocen, luego entonces en algo tendrán razón.
Su desamparo es total. Y eso quedo demostrado en la reunión del pasado fin de semana en Boca del Río, allí donde se reunió la plana mayor del partido en el poder.
En lo que ya es calificada como el inicio de su precampaña, la visita del vástago del macuspano dejó el descubierto que el hijo de Atanasio va en caída libre.
El sábado fue totalmente desplazado, les valió madre que aún sea el jefe del ejecutivo estatal. Y no lo decimos en sentido figurado, no señores, aún le quedan escasos quince días de reinado y eso, por supuesto, que también cuenta.
Es de entenderse que el hijo de Atanasio nunca fue líder partidista, jamás ha sido calificado como tal aun teniendo la investidura de gobernador, quizá de allí que por eso lo hayan hecho a un lado en la fiesta partidista del pasado sábado en el boqueño municipio.
Su presencia era obligada, era inevitable pero no sucedió así, lo ignoraron y eso en política duele más, duele mucho. Bueno cuando se tiene oficio político, cuando no, simple y sencillamente vale madre.
La dirigencia nacional, ni por asomo, pidió la presencia del solterón en tan resaltada fiesta, los tlatoanis morenos prefirieron ignorarlo a ser abucheados por su causa.
La burla tuvo más peso que la presencia del aún gobernador de Veracruz.
Con lo anterior se confirma que el futuro político del hijo de Atanasio es grisáceo. Sus cercanos señalan que ya no le interesa ser llamado a formar parte del gabinete de la Presidenta Claudia Sheinbaum, lo que realmente le preocupa es no pisar una fría celda.
Ustedes les creen, nosotros también.
Pero eso sí, el hijo de Atanasio, el pasado viernes, escasas horas antes de tan importante visita, saboreo unos ricos mariscos en un exclusivo restaurante de comida huasteca ubicado en la avenida Orizaba, acompañado de unos chamaquitos entre los que destacaba ese que hace las veces de coordinador de comunicación social, el tal Iván Joseph, por cierto, un mal educado, un tipo soberbio hasta las cachas. Durante la plática el solterón mostraba un rostro desencajado, de molestia, quizá ya sabía que no estaría presente en la visita al estado de los jerarcas de su partido.
Provecho
