José Miguel Cobián
Violación de soberanía nacional para los mexicanos. Una descortesía adicional contra AMLO. Primero Trump no responde a una carta-reclamo del presidente mexicano. Ahora el gobierno americano actúa y detiene a dos grandes capos mafiosos sin tomar en cuenta al gobierno mexicano y la soberanía nacional.
Para el gobierno americano, tuvieron que actuar sin avisar al gobierno mexicano, que en más de una ocasión ha dado el pitazo a los capos mexicanos, o los deja libres, cuando hay un operativo conjunto. Si no pueden colaborar con el gobierno mexicano, ellos se sienten con derecho a actuar en defensa de sus intereses, aun cuando actúen en territorio nacional.
El día en que se dio a conocer la noticia, varios amigos que trabajan en diversas agencias de seguridad nacional, me comentaron, -cada quién por su lado-, que la detención se llevó a cabo en Durango. Operación quirúrgica de las agencias de seguridad norteamericanas, que logró un enorme triunfo ante el electorado americano. Detención del líder más importante de entre todos los líderes de cárteles mexicanos, sin derramar una sola gota de sangre.
Las agencias de inteligencia mexicanas quedan en el más absoluto ridículo a nivel nacional e internacional, y la propia secretaria de seguridad pública también hace un ridículo mayúsculo en televisión nacional en la mañanera.
La secretaria de seguridad afirmó que salieron en un cessna monomotor, pilotado por una persona que resultó venía a cazar en México. Resultó que llegaron en un bimotor beechcraft King air sin matrícula. El CNI (centro nacional de inteligencia antes CISEN), seis fiscalías especializadas de la fiscalía general de la república, los servicios de inteligencia militar, la unidad de inteligencia naval, todos estos servicios de inteligencia nacional no se enteraron de lo que estaba pasando ¡Con el capo más importante del país! ¿No sirve el gobierno para proteger a los ciudadanos? ¿Las agencias de inteligencia se dedican a espiar opositores y periodistas en lugar de vigilar a quienes representan un peligro para la seguridad nacional?
Para muchos mexicanos, la cercanía del presidente López Obrador con el cártel de Sinaloa es evidente. Para otros muchos, esa cercanía surge de mentes afiebradas conspiranoicas. A partir de la llegada del chapito y del mayo a Estados Unidos, surge la esperanza -para los opositores al régimen- de que haya un acto de justicia en contra de López Obrador una vez que deje el poder. Veremos si esa esperanza es una catarsis vana, como tantas otras noticias que hemos visto a lo largo del sexenio, o si se convierte en la primera en cumplirse.
Mientras tanto, la situación para la próxima presidenta de México se torna día con día más complicada. El presidente saliente quiere cumplir sus últimos caprichos, sin importar el futuro del país. La reforma judicial -que es necesaria por la evidente ineficiencia en las fiscalías y los juzgados-, como está planteada, en lugar de resolver el problema de procuración y administración de justicia, lo complica aún más. El presidente aprovecha su popularidad y la confianza de una población desconocedora de cómo funciona la justicia en países dónde es eficiente, aprueba cualquier idea por loca que sea. El presidente se aprovecha de la confianza e ignorancia de sus seguidores.
El riesgo de violación de tratados internacionales, algunos como el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, del cual depende la prosperidad y el crecimiento económico de México en las próximas dos generaciones cuando menos, es brutal. Cuando no hay un órgano de justicia independiente, los inversionistas consideran que hay mayor riesgo en la inversión y toman una de tres decisiones, la primera es buscar otro país donde invertir; la segunda es exigir un mayor rendimiento para sus inversiones, considerando el mayor riesgo de inversión, algo que vemos en la sobre tasa de seis por ciento que paga el interés en bonos gubernamentales en México, comparado con el de los americanos; la tercera opción que es la que veo que negocia el gobierno de México, es otorgar garantías a los inversionistas americanos, mismas garantías que no se otorgan a inversionistas de ningún otro país, mediante la oferta de garantizar la seguridad de sus inversiones, aún por encima de las propias leyes mexicanas.
Con el asunto de la detención del chapito y el Mayo, queda claro que el gobierno mexicano no ha sabido cómo responder. No defiende la soberanía por el riesgo que significa que el gobierno americano ponga en evidencia ante la opinión pública la falta de cooperación bilateral en asuntos de seguridad que competen a los dos países. La salida de México del comando norte, y su asignación en el comando sur, fue un duro mensaje de falta de confianza de los americanos, respecto a su principal socio comercial. Falta ver que sucede en los juicios, y sobre todo que va a declarar el chapito y el mayo respecto a los obvios apoyos recibidos por las fuerzas del orden nacionales, en este sexenio y en los anteriores. Pero, sobre todo, hasta que nivel llegaba la influencia de los principales narcos mexicanos. ¿Generales? ¿Procuradores? ¿Secretarios de estado? ¿Gobernadores?¿Algún presidente de la república? Ya lo veremos.
El comercio no puede florecer donde no hay seguridad, justicia o confianza. Atentar contra esos tres valores, es atentar contra el futuro económico del país y contra la propia seguridad nacional. Ser permisivo con el avance de actos delictivos, realizados tanto por personas que trabajan dentro del gobierno municipal/estatal/federal, como por delincuentes sin placa ni fuero, no ayuda en nada al futuro de México. Solo beneficia a unos cuántos ¿Qué México queremos para las próximas generaciones?
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