CENA DE NEGROS EN VERACRUZ.

BARRA LIBRE

Alfredo Quezada Hernández.

CENA DE NEGROS EN VERACRUZ.

Ya lo decíamos en entregas anteriores, esto apenas comienza. Las zancadillas y el fuego amigo entre los chairos veracruzanos, conforme pasen los días, habrán de ir arreciando.

La división es muy evidente.

Ya varios de ellos han protagonizado serios encontronazos, se han señalado y acusado de todo. Los ataques y las descalificaciones están siendo la constante.

Unos más gandallas otros advenedizos, algunos cínicos, pero la inmensa mayoría con ambiciones desmedidas de poder. Son lo que le sigue de insaciable.

Como nada les costó arribar al poder, ahora creen merecer todo, exigen, arrebatan, manotean y gritan, son soberbios, groseros e inoperantes.

Lo que no terminan de entender es la urgencia que tienen de unión, de allí que los llamados de unidad qué han hecho las vacas sagradas del chairismo, les han válido madre a todos ellos.

Aquí en Veracruz, como ya se ha visto, no hay dirigencia mucho menos liderazgo. Tanto al hijo de Atanasio como al tal ese, Esteban Ramírez Zepeta los ignoran, nadie les hace caso, pero, lo más curioso, no tienen la fuerza ni el carácter para hacerse escuchar, para ser tomados en cuenta.

Este par de comediantes, metidos a políticos, ni de figuras decorativas han servido. Al primero lo desdeñan, lo ningunean y el segundo anda más ocupado en atender sus gustos hormonales qué en prestarle atención al partido, a las bases.

La dirigencia no tiene pies ni cabeza, así de simple.

La división es tan evidente que, a casi cinco años de ser poder, no han tenido la capacidad suficiente para construir una base sólida, todos y todo depende del tabasqueño, del López de Macuspana.

Son omisos a la unidad.

Sí estás divisiones no se atienden a tiempo, si se siguen descuidando, pero sobre todo no se actúa con cordura e imperan los caprichos, no se dude que el parto será muy doloroso.

El pastel electoral ya está sobre la mesa ahora falta conciliar intereses.

Sin lugar a dudas que estas fracturas habrán de debilitar al partido, por lo que MORENA habrá de llegar muy desmejorado a la jornada electoral del año venidero.

El colapso lo tienen a la vuelta de la esquina.

La falta de unidad, es y ha sido el Talón de Aquiles de los morenos.

Su salvación es que no hay oposición, no hay quién le arrebate la victoria.

Los demás partidos políticos son un verdadero cero a la izquierda.

Tan mal andan que ya ven en «Huevos Tibios» al Mesías, al Gran Salvador.

Por favor, más seriedad al asunto.

Provecho.

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