BARRA LIBRE.
Alfredo Quezada Hernández.
EL HIJO DE ATANASIO SE VA
Las maletas ya están preparadas.
Tiene rato que, poco a poco, la oficina principal de palacio de gobierno fue perdiendo fuerza.
El tiempo se acorta y los espacios se cierran.
El hijo de Atanasio, como «El Jibarito», saldrá loco de contento para la capital del país donde se habrá de incorporar, como funcionario de medio pelo, al gabinete de Sheinbaum Pardo.
Valiéndole madre cómo deja Veracruz, el solterón, se dice, ya está invitando a los de su especie a que lo acompañen en su nueva aventura.
Sí, ahora será la Ciudad de México el escenario ideal para sus travesuras políticas, allá, en medio del smog y la muchedumbre se habrá de perder, habrá de pasar desapercibido, al ser un total desconocido.
Aquí en la entidad veracruzana deja una estela de corrupción, un estado que no tiene pies ni cabeza, una entidad insegura, sin empleo y con una nula infraestructura hospitalaria y educativa.
El hijo de Atanasio creo sus problemas y nunca supo cómo salir de ellos, siempre estuvo atenido a su inventor, al López de palacio nacional.
Sus cercanos nunca lo ayudaron, al contrario, lo hundieron más, neófitos como él, nunca supieron que hacer y solo se dedicaron a hacer dinero, a llenar las alforjas y así dejar esa pobreza que venían arrastrando por años.
Su ineptitud le permitió, varias veces, ser calificado como uno de los peores gobernadores del país, los veracruzanos lo rechazan aún hoy en día, a escasos meses de dejar, afortunadamente, la primera magistratura estatal.
El compromiso de mantenerlo en la nómina federal podría ser de un año como máximo, después solo problemas le habrá de acarrear a las Dra. Sheinbaum Pardo.
Por lo mientras, sin mayor recato, como reina de carnaval se pasea por el territorio veracruzano haciendo como qué inaugura obra social, como que trabaja y como que cumple.
Lo cierto, es que el recreo le puede durar otros quince meses más como máximo, después, ya no habrá quien meta las manos por él, aun cuando unos cuantos ya anden promocionando a su señor padre, a Atanasio, como posible candidato a la presidencia municipal de Xalapa.
No cabe duda que el poder enloquece.
Provecho.
